Las hamacas ya no exhiben ese brillante tono de la pintura naranja, sino el opaco color del óxido. Del subibaja sólo queda una estructura. Los bancos no son para las parejas, todos están rodeados por cajas de vino. Por el pasto no se puede circular sin patear basura y esquivar vidrios rotos. Los vecinos del barrio Los Fresnos (avenida Dorrego y Alfredo Coviello, Banda del Río Salí) miran la plaza y añoran los tiempos en que era un lugar recreativo. Las recientes tormentas empeoraron la situación porque en algunas zonas se acumula agua.

Según cuentan, la plaza había sido entregada conjuntamente con el barrio (hace unos 20 años). “Además de los arreglos, tendrían que poner más juegos. Los chicos usan el pasamanos para jugar a la pelota pero la plaza no es para eso”, protesta Adriana Cena, quien cuenta que los niños estrellan la pelota contra el frente de su casa. También comentó que los vecinos se hacen cargo del mantenimiento en muchos casos. “Mi marido tuvo que soldar la hamaca”, relata.

Fátima Díaz reside en el barrio desde que se inauguró. “Antes nos peleábamos por ver quién ganaba los juegos”, rememora, y mira hacia lo que quedaron de ellos.

Sin respuestas

Adriana Campos es vecina del barrio desde que se inauguró. “Por lo menos hace 8 años que está en mal estado la plaza”, comenta. “Ya les va a tocar el turno”, fue la respuesta que dijo obtener del municipio. En la parada de la línea 129, Miguel Carli comenta que la plaza era totalmente diferente. “Lo que pasa es que vienen chicos de otros barrios y de maldad empezaban a desarmar a los jueguitos”, reveló.

Otra vecina, María Salvi, criticó a quienes viven en el barrio. “La sociedad está un poco deteriorada. Este es el pulmón del barrio. Entre todos lo tendríamos que tener acondicionado”, reflexionó.

Los yuyos llegan hasta las rodillas de quienes circulan por ahí. Pero, aseguran, las verdaderas hierbas malas florecen de noche. “El barrio está tranquilo ahora, pero a la noche la plaza cambia de manos”, explica María Salvi.

Los vecinos sostienen que ya pidieron ayuda al municipio. “Siempre los mismo. Cuando vienen las elecciones aparecen todos prometiendo -asevera Carli-. Pasan las elecciones y sigue todo igual”.